Discurso de recepción de premio Carlos Ponce Del Prado categoría Joven Profesional Destacado
Quiero aprovechar este espacio para
rendir el agradecimiento a mis padres y comentarles que lo que estamos logrando
en estos días es por su apoyo, siempre son necesarias sus palabras y su
respaldo ante las incertidumbres de la vida.
También a mis amigos del Grupo RANA, Rogger
y Luis, mucha de las cosas que imaginaba hacer las vamos volviendo realidad… ¡Qué
mejor salario para la vejez! el recuerdo de nuestro trabajo por el mundo.
A todos los amigos y colaboradores a la
vez Andrew Watson, Austin Fitzgerald, Alan Chamorro, Tito Uribe, Matt Herbert,
Roberto Elias, Ronald Medrano, Maykol Rodriguez, Gonzalo Quiroz, Abdias Villoslada, Luis Morales, Antonio Salas, Kiersten
Wilber, guardaparques del Perú, líderes y representantes de los gobiernos
locales y comunidades campesinas.
La Organización Internacional del Trabajo
indica que en el Perú existe más de un millón de jóvenes desempleados.
Cuando fundamos RANA estuvimos haciendo
la tesis en simultaneo y luego de unos meses estábamos en la búsqueda de un
trabajo, fueron días difíciles, incluso para nuestros 04 años de experiencia en
el sector público.
Al ser tan reducido el presupuesto para
la conservación de los ecosistemas es prioritaria la gestión eficiente de todo
tipo de recursos. En este escenario es preciso ubicar y mapear el recurso
humano apto para este campo, pero sobre todo el recurso humano que vale la pena
ser incluido en el sector.
Se trata de ofrecer oportunidades a los
jóvenes que se dedican a la conservación con el corazón. No se trata de buscar jóvenes
que buscan un empleo, se trata de buscar jóvenes convencidos del manejo de los
recursos naturales, jóvenes que crean en la conservación como filosofía de
vida, jóvenes apasionados por la trascendencia de dejar ecosistemas sanos para la
humanidad.
Estoy seguro que ellos son los mejores
garantes de la conservación en un país megadiverso, porque un joven que ama y
cree en lo que hace tiene una mayor productividad y por lo tanto elegirlo será
una decisión que gatillará la eficiencia para nuestras organizaciones, un joven
que hace revoluciones desde su espacio sin esperar mucho será uno que hará
cosas más grandes con un empleo en la conservación de nuestros ecosistemas.
Es cuestión de idea lógica: una persona
que busca un empleo por el dinero tendrá en este una motivación superior sobre
lo demás, y una persona que colabora en lo que cree, en cualquier organización
tendrá en el amor por lo que hace, el fin supremo de su esfuerzo.
Es nuestro deber, pero sobre todo el de
los que llevan más años en este hermoso campo de no permitir que los jóvenes
que creemos en la conservación renunciemos a ella por la falta de oportunidad. Muchos
grandes amigos míos con quienes compartimos voluntariados en la amazonia, los
andes, y con quienes fundamos nuestra revista científica “Quishuar” no tuvieron
mucha suerte, ¿ellos abandonaron el camino o fue el camino el que los extravió?
En RANA sabemos que la experiencia con
fondos y donaciones pequeñas es importante. HOY LO VAMOS LOGRANDO con los
fondos internacionales de National Geographic Society, The Rufford Foundation y
las campañas de CrownFunding.
Pero también soñamos con alcanzar la
sostenibilidad financiera, ser una organización como la SPDA, Pro Naturaleza, Conservación
Internacional, WWF, WCS y lograr proyectos de conservación en especies amenazadas
que en el mediano plazo sean autofinanciables… como creemos que lo estamos
logrando con las ranas gigantes de Junín.
SERÍA LINDO DECIR: “así como la vicuña, lo
hizo hace unas décadas, nuestras ranas altoandinas financian su propia
conservación pero sobre todo el de los ecosistemas a los que se vinculan”.
Sin embargo, el Grupo RANA es una
organización que por el momento busca la sostenibilidad financiera recibiendo
el aporte de nosotros para su existencia, el aporte desde otros trabajos, la
delgada línea que es hacer del hobby un trabajo.
Pero existen días donde la experiencia nos
muestra que lo que hacemos vale la pena… y eso… nos anima.
INFORANA es uno de nuestros proyectos
que consiste en traducir un artículo científico para la gente de a pie, a
través de la elaboración de infografías que son concertadas con los mismos
autores de los artículos científicos. Pues si los presupuestos para
conservación son pocos, una forma de mejorar ese escenario es informando y
educando a la gente, para que ellos sean quienes se preocupen y exijan la
atención que necesita nuestro sector.
Es por eso que en el Grupo RANA también la
hacemos de emprendedores y educadores, tenemos una línea de merchandising donde
las utilidades son destinadas al financiamiento de nuestros proyectos en Junín,
porque somos unos convencidos de que el trabajo con los pobladores locales es
fundamental, y siempre que podemos tratamos de participar en cada evento
nacional o internacional, difundiendo nuestro mensaje, postulamos a congresos, aprovechamos
los viajes que ganamos, gastamos dinero extra y solicitamos hacer presentaciones
de nuestros trabajos como lo acabo de hacer en la Facultad de Ciencias de la
Universidad de Chile, y así vamos participando con el equipo, con Luis Castillo
y Rogger Moreno, porque una oportunidad de educar es una oportunidad de sumar
más aliados en lo que creemos.
Como humanos tenemos muchas diferencias,
y una de las tantas cosas que nos unen es nuestra dependencia por los bienes y
los servicios ecosistémicos.
En este escenario los conservacionistas,
los guardaparques y las poblaciones indígenas son los primeros protagonistas en
la dura lucha por conservar nuestros ecosistemas, los mismos ecosistemas que
necesita nuestro modo de vida global actual.
En este contexto estas personas no
luchan por sus creencias o sus salarios, luchan por algo mucho más trascendente
“el bienestar de la humanidad”, y es la humanidad que debe de rendirles
gratitud no solo en los discursos sino con sus acciones: mayores salarios, más
oportunidades, mayor fortalecimiento, y sobre todo disminuir sus riesgos y peligros
de vida, porque detrás siempre tendremos … una familia.
Porque no solo somos unos locos que
buscan salvar los últimos anfibios o pájaros del mundo, sino que desde nuestros
pequeños espacios buscamos salvar el equilibrio de nuestro ecosistema mayor: nuestro
planeta.
Oscar Damián-Baldeón
Lima, 23 de agosto de 2018.
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